Ensayo para una alborada de ensoñaciones. Acuarela y grabado giclée.




Ensayo para una alborada de ensoñaciones.

Colores del vino, plata y asfalto al cruzar la calle
grisura vibrante por  quema en las pérdidas del trompetista utópico
tigres del tiempo viven la vida con riesgo
Pacientes e implacables, se van para no volver en el porvenir y el olvido.
Jardín de nieblas, óxidos, susurros de líquenes en la quietud y el silencio
galerías azul luz de la superficie textual, es la pintura de los sueños diurnos
resplandeciente cristal de  ternura, la semblanza como aurora boreal
la luz de la alegría transforma y transfigura
flor del silencio azul
vuelo inmaterial de ausente presencia
en la azotea de los espejos
como paloma secreta del laberinto, y el diedro que espejea disimetrías barrocas
es un retrato para curar afinidades periclitadas
la mirada indefine un pensamiento deslumbrante
ordenada anarquía del patio trasero
para un epígono heredero de la otra esquina del puente
pero la trama está en el envés
polifonía para una alborada de transparente renacimiento
es Piero della Francesca, luz geométrica para infundir valor
como gran fábrica de ensoñaciones:  es el museo del prado frente al mar.

f.a.



 Como el vino para las águilas. Acuarela. Grabado giclée.








 Como el vino para las águilas.

Heridas de niño en periódicos viejos
aguadas sepia, siena y gris bistre
peldaños ya inalcanzables con barniz añejo
 par de zapatos con diferentes formas y erosiones
ellos juegan al ajedrez del claroscuro
para caminar  por el pasillo del dolor,  la inseguridad, y el vacío.
Pero el sentido estaba en el suelo y la elevación
la luz viene de arriba, y da claridad  a la melodía de la tierra,
 secretos habitan en el laberinto de caminos entrecruzados,
y en los intersticios titila la luz proyectada
bellos y frágiles vidrios huyen de la tosquedad
color mágico y trascendente como el vino para las águilas.
Singladura a parajes proscenio de aldeas escondidas,
nunca descubiertas, nunca exilios de  barcas desiertas de soles.
Refinada caligrafía de los pájaros del bosque
con  la discreción del arte íntimo, circunspecto, en silencio, sin espectáculo
es la frontera de la flor de piedra,
navega por la cartografía del dibujo como definición del conocimiento
por los límites misteriosos de la vida, del tiempo y del número,
Son la búsqueda y crónica  de las bondades y la belleza,
Es vislumbrar desde la costa de Galicia la otra orilla del Nuevo Mundo.
F.A.